Un ser especial
En la vida de toda persona siempre hay seres especiales que hacen de ella algo importante. Esos seres nos divierten, nos alegran la existencia, nos sentimos especialmente unidos con ellos, nos preocupa lo que pueda pasarles, etc.
Lo mejor es que no estan presentes unicamente en el plano romántico sino en muchos campos de la vida.
¿Quién no se ha sentido especialmente unido a ese compañero de clase con el que ha pasado mucho tiempo? ¿Quién no tiene un amigo especial? ¿Y un familiar?
¿Habéis pensado alguna vez quién sería el más especial de todos ellos?
No es una elección nada trivial. Estamos rodeados por muchísimas personas algunas de las cuales han significado algo importante en nuestras vidas como por ejemplo: nuestros padres, nuestros profesores, el primer amor, etc.
El escoger una única persona de todas ellas tampoco implica un desmerecimiento hacia los demás. En cierto modo es como ser de un equipo de fútbol, enamorarse o tener ideas políticas. A veces la razón nos dice por qué somos de tal o cual equipo, por qué nos gusta tal persona o por qué pensamos así ... pero otras veces no podemos escudarnos en ella para dar una respuesta satisfactoria. Decimos aquello de: "Simplemente soy así porque lo siento".
Por mucho que lo intento para esto no tengo el apoyo de la razón. Solo las palabras por escrito intentan aproximarse al camino marcado por los razonamientos previos.
He encontrado a la persona que me preocupa en exceso, cuyo sufrimiento compartiría desde mi interior, cuyas inquietudes quiero hacer mías, cuya vida quiero ver realizada a tanto o mayor grado que la mía propia. Tan sólo pensar en un posible mal para ella me hace daño, me hiere en lo más recóndito y hace que quisiera intercambiar nuestras vidas. Lo bueno de todo esto es que no tiene por qué ser recíproco. Esa persona puede que ni siquiera lo sepa y no lo intuya. Uno la observa, la ve evolucionar (en el sentido metafísico de la palabra), nota como cambia y crece como persona, espera tiempos mejores donde se estreche el contacto que ahora comienza a aflorar, recuerda los nexos de unión pasados y eso le hace desear que los futuros acontezcan cuanto antes.
Todo eso sucede a pesar de las disputas, los enfados y otros imprevistos. Todo eso sucede porque uno sopesa y valora y se da cuenta de que realmente no puede ni tan solo pensar en la no existencia de esa persona.
Como dije antes que uno se sienta así con respecto a una persona no es menosprecio a otras. Al contrario, debe movernos a buscar los nexos con los demás. Una vez encontrados estas sensaciones unívocas, por el momento.
Otra cuestión es si uno debe revelar la identidad de tal persona a otros .... esa está por contestar aun. Así que si durante estos días me la contesto podréis conocerla. De lo contrario permanecerá a buen recaudo en mi interior tal y como ha permanecido hasta ahora durante mucho tiempo.
Lo mejor es que no estan presentes unicamente en el plano romántico sino en muchos campos de la vida.
¿Quién no se ha sentido especialmente unido a ese compañero de clase con el que ha pasado mucho tiempo? ¿Quién no tiene un amigo especial? ¿Y un familiar?
¿Habéis pensado alguna vez quién sería el más especial de todos ellos?
No es una elección nada trivial. Estamos rodeados por muchísimas personas algunas de las cuales han significado algo importante en nuestras vidas como por ejemplo: nuestros padres, nuestros profesores, el primer amor, etc.
El escoger una única persona de todas ellas tampoco implica un desmerecimiento hacia los demás. En cierto modo es como ser de un equipo de fútbol, enamorarse o tener ideas políticas. A veces la razón nos dice por qué somos de tal o cual equipo, por qué nos gusta tal persona o por qué pensamos así ... pero otras veces no podemos escudarnos en ella para dar una respuesta satisfactoria. Decimos aquello de: "Simplemente soy así porque lo siento".
Por mucho que lo intento para esto no tengo el apoyo de la razón. Solo las palabras por escrito intentan aproximarse al camino marcado por los razonamientos previos.
He encontrado a la persona que me preocupa en exceso, cuyo sufrimiento compartiría desde mi interior, cuyas inquietudes quiero hacer mías, cuya vida quiero ver realizada a tanto o mayor grado que la mía propia. Tan sólo pensar en un posible mal para ella me hace daño, me hiere en lo más recóndito y hace que quisiera intercambiar nuestras vidas. Lo bueno de todo esto es que no tiene por qué ser recíproco. Esa persona puede que ni siquiera lo sepa y no lo intuya. Uno la observa, la ve evolucionar (en el sentido metafísico de la palabra), nota como cambia y crece como persona, espera tiempos mejores donde se estreche el contacto que ahora comienza a aflorar, recuerda los nexos de unión pasados y eso le hace desear que los futuros acontezcan cuanto antes.
Todo eso sucede a pesar de las disputas, los enfados y otros imprevistos. Todo eso sucede porque uno sopesa y valora y se da cuenta de que realmente no puede ni tan solo pensar en la no existencia de esa persona.
Como dije antes que uno se sienta así con respecto a una persona no es menosprecio a otras. Al contrario, debe movernos a buscar los nexos con los demás. Una vez encontrados estas sensaciones unívocas, por el momento.
Otra cuestión es si uno debe revelar la identidad de tal persona a otros .... esa está por contestar aun. Así que si durante estos días me la contesto podréis conocerla. De lo contrario permanecerá a buen recaudo en mi interior tal y como ha permanecido hasta ahora durante mucho tiempo.
1 comentario
Teucro -
Me gustaría comentar sobre este tema, que yo opino que lo que somos se lo debemos a todas las personas que hemos conocido, ya que aunque sea imperceptiblemente todo el mundo nos aporta algo en nuestra personalidad.
También es cierto que no es desmerecimiento hacia otros el tener una persona "más". De hecho, siguiendo el curso natural, la gente se une a otra persona en matrimonio y no por eso es menos hijo, menos amigo, menos compañero de trabajo... Pero siempre hay alguien que nos marca más, eso es innegable.
Y sobre tu última cuestión, ahi entra en juego sopesar lo que pudiera ser la alegria de compartirlo o el romanticismo de que sea algo personal.
Un saludo