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... Israel & sus paranoias ...

Los idiomas

Hablar un idioma aparte del materno es algo indescriptible, uno de los mayores prodigios de la mente humana. Por supuesto llegar a equiparar el nivel de un idioma extranjero con el que está permanentemente grabado en nuestro cerebro es una tarea harto difícil. Requiere poner a trabajar involuntariamente nuestras áreas de Broca y Wernicke.
Mediante la primera somos capaces de unir las palabras que conocemos según las normas gramaticales del idioma correspondiente. La segunda se encarga de entender lo que leemos u oimos asociando los sonidos o grafemas a las palabras que conocemos.
Dejando de lado el aspecto puramente físico, el aprendizaje de un idioma va más allá de estudiar unas normas gramaticales, una pronunciación asociada y listas interminables de vocabulario. Este proceso puede extenderse tanto como el interesado quiera: arte, cultura, historia, música, gastronomía, etc. hacen que uno pueda sumergirse de lleno o bien bucear a pulmón libre en el extenso mar que comprende un idioma.

Recientemente pude leer como el libro titulado "99 consejos para ser feliz" contaba como una de ellas precisamente el tema que nos ocupa. Mencionaba que es un estímulo mental que hace que ampliemos nuestros horizontes, nos adentremos en un mundo extraño y desconocido.
Por ello es de vital importancia que cada persona tenga una razón para estudiar un idioma. Toda razón es válida excepto la imposición. Por eso no funciona a día de hoy el sistema de enseñanza de idiomas en niveles de escolarización obligatoria. Los chavales no ven la necesidad de aprender un idioma nuevo porque se lo enfocan a cosas poco prácticas en vez de dirigir una atención personalizada (aunque poco viable) a los gustos e inquietudes del estudiante.

(.... continuará ....)

1 comentario

Teucro -

Pues va a ser que si.
Yo estoy de acuerdo con la idea de que para aprender un idioma, tiene que haber una razón motivadora. La gente no encuentra utilidad, quizás llevados por la ingenuidad de una mente en formación o las pocas ganas de aprender que tiene la gente hoy dia. Eso si, descubrir una cultura a gusto del consumidor, motiva el aprendizaje.
Por ejemplo, mucha gente empieza a aprender japonés por gustarle el manga (no es mi caso, lo juro). Pero las cosas interesantes de un pais puede mover a uno a querer comunicarse con su gente.
Aunque el caso del japonés, como el chino, es especial. Solamente el arte de la caligrafía es un motivo suficientemente interesante.