Esas pequeñas cosas
Otra de esas historias que escribí hace mucho y que recupero.
Esas pequeñas cosas (22-05-2002)
Vivimos en unos tiempos en los que parece totalmente imposible dedicar algún tipo de atención a las cosas pequeñas. Todo está enfocado hacia lo grande. Lo grande es muy a menudo un sinónimo de lo mejor. Eso, a pesar de que todos sabemos que no siempre es así.
Por eso aquí voy a interceder en favor de las pequeñas cosas. Pero no unas cosas cualesquiera que no tienen mayor importancia en la vida. No en las cosas pasajeras que hoy están y mañana se han desvanecido. Mi intención es romper una lanza en favor de esas que nos alegran la vida, de las que todos tenemos la oportunidad de disfrutar ya que no cuestan dinero ni ningún sacrificio extra. ¿No os viene a la mente ninguna?
Todos y cada uno de nosotros llevamos a cabo muchas y variadas tareas durante nuestra vida. La mayoría de ellas se convierten en una rutina con el transcurrir del tiempo, y la rutina acaba desembocando en monotonía que a la vez lleva al aburrimiento, el cual acaba por transformarse en infelicidad. Un buen ejercicio para recuperar la felicidad sería romper con la monotonía presente. Tenemos multitud de opciones para ello, solo que a veces estamos tan obcecados en algo que no vemos lo que hay alrededor ni percibimos los detalles.
Permitidme que os ponga un ejemplo: cada mañana muchos cogemos el coche para dirigirnos al trabajo o a la universidad, y el viaje transcurre normalmente amenizado por la radio. ¿Habéis probado a apartar ese hueco de la mente que siempre está dispuesto para pensar en algo y enfocarlo por ejemplo a contemplar lo bonitos que están los campos por la mañana?
Puede sonar a cursilería, pero era simplemente un ejemplo. Cada uno tiene sus propias cosas pequeñas que no cuestan ningún dinero pero que le alegran ese instante y le hacen enfocar el resto del día con una felicidad rebosante.
Recuerdo a mi amiga Ana, con la que comentaba este tema no hace mucho y me dijo que ella disfruta contemplando la luna llena. Y que deseaba que hubiera luna llena pronto.
Yo personalmente disfruto en invierno contemplando el rocío sobre la hierba que hay por los campos que separan mi casa de mi lugar de trabajo. El invierno pasado fui el chico más feliz durante un par de días cuando tuvimos una de las nevadas más importantes desde hacía mucho tiempo, así que me decidí a salir en busca de la nieve con mi amigo Isra. Como si fueramos dos niños pequeños nos fuimos en busca de aventura, peligro, etc. Todo para disfrutar de ese breve fenomeno meteorológico.
Ahora en verano disfruto de otra sencillez y es levantarme gracias a los rayos de sol que penetran por mi ventana. Es verdad que me tengo que levantar igual, y que tengo que hacer lo mismo que el resto de los días, pero también es verdad que haber podido darte ese placer de disfrutar de algo que te gusta es algo de valor incalculable.
La verdad es que cuando le das vueltas al tema, ves que los detalles, aunque muchas veces los pasamos por alto, son una fuente de felicidad. Otro ejemplo que se me viene a la mente ahora tiene que ver con las parejas de novios y la posterior etapa en el matrimonio tras años de casados. ¿Cual puede ser una de las causas de la pérdida de deseo, de pasión entre los cónyuges? Los pequeños detalles, sin duda. La mujer ve como el novio detallista que antes la sorprendía de multiples maneras, léase: tarjetitas con alguna nota, un ramo de flores, su presencia cuando ella menos lo esperaba; se ha transformado en un hombre que vive centrado en lo evidente, que ha perdido todo el detallismo del que gozaba, que da la impresión de que una vez ha establecido un vinculo afectivo estable con ella no tiene necesidad alguna de cultivarlo. Todo lo anterior a la inversa es igualmente válido, si bien las mujeres suelen ser más detallistas que nosotros.
Las ventajas de prestar atención a esos pequeños detalles que nos rodean son evidentes. Sirven para hacernos algo más felices a nosotros e incluso hacer felices a los demás.
En el caso de observar los detalles que nos gustan, simplemente es cuestión de abrir un poco más los ojos a lo que nos rodea, intentar fijarse en aquello que siempre obviamos por vivir a toda máquina.
En cuanto a ser detallistas con los demás, no valen las excusas de la falta de dinero o el no saber qué hacer. Las cosas que verdaderamente impactan no son las que se compran con dinero sino las que salen del corazón. La originalidad es también un don muy apreciado. Me contaron una vez acerca de un hombre que cada mañana le dejaba a su mujer junto a la nevera una pequeña nota original y diferente. A él quizá le costara algo de tiempo y esfuerzo hacerlo, pero nada irrealizable. Para ella significaba muchísimo.
Dedicar una parte de nuestra capacidad de razonar a esos menesteres contribuye sin duda a una buena salud mental y a una percepción diferente de lo que nos rodea.
¿Aun no se os ha despertado la curiosidad por probarlo? Estoy seguro que a partir de ahora vuestro subconciente estará más pendiente de esas pequeñas cosas.
Esas pequeñas cosas (22-05-2002)
Vivimos en unos tiempos en los que parece totalmente imposible dedicar algún tipo de atención a las cosas pequeñas. Todo está enfocado hacia lo grande. Lo grande es muy a menudo un sinónimo de lo mejor. Eso, a pesar de que todos sabemos que no siempre es así.
Por eso aquí voy a interceder en favor de las pequeñas cosas. Pero no unas cosas cualesquiera que no tienen mayor importancia en la vida. No en las cosas pasajeras que hoy están y mañana se han desvanecido. Mi intención es romper una lanza en favor de esas que nos alegran la vida, de las que todos tenemos la oportunidad de disfrutar ya que no cuestan dinero ni ningún sacrificio extra. ¿No os viene a la mente ninguna?
Todos y cada uno de nosotros llevamos a cabo muchas y variadas tareas durante nuestra vida. La mayoría de ellas se convierten en una rutina con el transcurrir del tiempo, y la rutina acaba desembocando en monotonía que a la vez lleva al aburrimiento, el cual acaba por transformarse en infelicidad. Un buen ejercicio para recuperar la felicidad sería romper con la monotonía presente. Tenemos multitud de opciones para ello, solo que a veces estamos tan obcecados en algo que no vemos lo que hay alrededor ni percibimos los detalles.
Permitidme que os ponga un ejemplo: cada mañana muchos cogemos el coche para dirigirnos al trabajo o a la universidad, y el viaje transcurre normalmente amenizado por la radio. ¿Habéis probado a apartar ese hueco de la mente que siempre está dispuesto para pensar en algo y enfocarlo por ejemplo a contemplar lo bonitos que están los campos por la mañana?
Puede sonar a cursilería, pero era simplemente un ejemplo. Cada uno tiene sus propias cosas pequeñas que no cuestan ningún dinero pero que le alegran ese instante y le hacen enfocar el resto del día con una felicidad rebosante.
Recuerdo a mi amiga Ana, con la que comentaba este tema no hace mucho y me dijo que ella disfruta contemplando la luna llena. Y que deseaba que hubiera luna llena pronto.
Yo personalmente disfruto en invierno contemplando el rocío sobre la hierba que hay por los campos que separan mi casa de mi lugar de trabajo. El invierno pasado fui el chico más feliz durante un par de días cuando tuvimos una de las nevadas más importantes desde hacía mucho tiempo, así que me decidí a salir en busca de la nieve con mi amigo Isra. Como si fueramos dos niños pequeños nos fuimos en busca de aventura, peligro, etc. Todo para disfrutar de ese breve fenomeno meteorológico.
Ahora en verano disfruto de otra sencillez y es levantarme gracias a los rayos de sol que penetran por mi ventana. Es verdad que me tengo que levantar igual, y que tengo que hacer lo mismo que el resto de los días, pero también es verdad que haber podido darte ese placer de disfrutar de algo que te gusta es algo de valor incalculable.
La verdad es que cuando le das vueltas al tema, ves que los detalles, aunque muchas veces los pasamos por alto, son una fuente de felicidad. Otro ejemplo que se me viene a la mente ahora tiene que ver con las parejas de novios y la posterior etapa en el matrimonio tras años de casados. ¿Cual puede ser una de las causas de la pérdida de deseo, de pasión entre los cónyuges? Los pequeños detalles, sin duda. La mujer ve como el novio detallista que antes la sorprendía de multiples maneras, léase: tarjetitas con alguna nota, un ramo de flores, su presencia cuando ella menos lo esperaba; se ha transformado en un hombre que vive centrado en lo evidente, que ha perdido todo el detallismo del que gozaba, que da la impresión de que una vez ha establecido un vinculo afectivo estable con ella no tiene necesidad alguna de cultivarlo. Todo lo anterior a la inversa es igualmente válido, si bien las mujeres suelen ser más detallistas que nosotros.
Las ventajas de prestar atención a esos pequeños detalles que nos rodean son evidentes. Sirven para hacernos algo más felices a nosotros e incluso hacer felices a los demás.
En el caso de observar los detalles que nos gustan, simplemente es cuestión de abrir un poco más los ojos a lo que nos rodea, intentar fijarse en aquello que siempre obviamos por vivir a toda máquina.
En cuanto a ser detallistas con los demás, no valen las excusas de la falta de dinero o el no saber qué hacer. Las cosas que verdaderamente impactan no son las que se compran con dinero sino las que salen del corazón. La originalidad es también un don muy apreciado. Me contaron una vez acerca de un hombre que cada mañana le dejaba a su mujer junto a la nevera una pequeña nota original y diferente. A él quizá le costara algo de tiempo y esfuerzo hacerlo, pero nada irrealizable. Para ella significaba muchísimo.
Dedicar una parte de nuestra capacidad de razonar a esos menesteres contribuye sin duda a una buena salud mental y a una percepción diferente de lo que nos rodea.
¿Aun no se os ha despertado la curiosidad por probarlo? Estoy seguro que a partir de ahora vuestro subconciente estará más pendiente de esas pequeñas cosas.
11 comentarios
Enrique Vila -
Saludos
RoSs =) -
De seguro estamos bien familiarizados con estas palabras. Para ser personas fieles tenemos que serlo en todo aspecto de la vida. Para poder disfrutar de la vida tenemos que disfrutar todo lo que ésta nos da.
Es verdad que quizás lo primero que salte a nuestra vista sean las cosas grandes, pero como es que llegaron a existir estas?? Estan compuestas por muchisimas cosas pequeñas...
Por lo tanto, gracias a los pequeños detalles de la vida se logran cosas grandes... entonces porqué ignorar los pequeños detalles si gracias a estos nuestra vida tiene color y sentido???
Despertar hoy y disfrutar al máximo cada momento porque nunca sabemos si puede ser el último.
Hugs & Kisses =)
aZaH@rA -
Cuando, muchas veces, por desgracia, nos damos cuenta de 'esas pequeñas cosas'? Cuando ya no las tenemos.
Supongo que la monotonía acaba por cegarnos.
Teucro -
Quien sabe, este tambien es uno de esos pequeños momentos, dialogar, compartir ideas, aprender de todos, porque la gente tampoco tiene ganas de opinar o pensar más de lo necesario.
isRa -
Es como si cada cosa fuera un fractal que te involucras y ves que no tiene final y cuanto más te adentras más te fascina.
Teucro -
Supongo que estamos en una época en la que como he dicho no controlamos el tiempo de nuestra vida, sino que lo hacen otros, este sistema, y nos envuelve tanto en la cotidianidad, nos ata tanto que por eso no vemos las cosas que nos rodean.
Y sobre si las cosas pequeñas, por repetitivas, pierden significado... eso es según como lo veamos. Por ejemplo: no por mucho ver el mar pienso que me aburro de verlo, sino que pienso cómo seria el no poder verlo, lo cual hace que siempre sea igual de especial. Quizás el pensar que ese es el momento, y que si viene otro, mejor.
isRa -
¿Crees que si cada día pudieras disfrutar del olor y el sonido del mar dejarías de apreciarlo tanto?
Es decir ... ¿la cotidianidad le resta significado?
Teucro -
En fin, que haría yo sin en olor y el sonido de un mar ligeramente bravo.
Samuel -
También, como nota picara del asunto, eso de hablar de "las pequeñas cosas", bajo mi punto de vista es ponerse demasiado a tiro de las chicas más malintencionadas.
Pero como dice el dicho, "no es pobre quien tiene poco, pobre es quien quiere más", haciendo el paralelo, "infeliz no es no tiene motivos para alegrarse, infeliz es es que esta demasiado ciego para verlos".
J***D -
Pero solo unos privilegiados aprenden a disfrutar de cada pequeña cosa que les sucede.
Para mi mis viajes SOLO en mi coche son lo mejor. COn la mejor musica y pensando en mis cosas sin que nadie me moleste. Por eso a veces voy lento a conciencia, para que no se acaben, jejeje
ruthy -
un saludo!!
p.d.y entra en mi bloq!!
RUTHY