Blogia
... Israel & sus paranoias ...

Trafficking - Tráfico de menores

Aquí os dejo mi traducción de un artículo escalofriante sobre el tráfico de menores en Camboya sacado de este blog:
http://sentenser.blogsome.com/2006/03/01/trafficking

Hace pensar bastante en qué es lo que realmente mueve el mundo. Para mí no es el dinero ... sino el sexo.

Trafficking

Christiane Amanpour ha investigado el tráfico de niños y las imagenes de Camboya que se mostraron en Oprah son horribles.
Las niñas son vendidas por sus propios padres al comprador que les promete trabajo remunerado. Si los padres realmente creen que sus hijas recibiran un trabajo real o no es difícil de saber. Deberían sospechar pero la necesidad les obliga. Cuando las chicas han sido vendidas descubren que su trabajo es vender su cuerpo. Las violan pero no reciben dinero. Cuando el hermano de su madre viene a liberarlas se avergüenzan las niñas. Lloran e intentan librarse de su salvador, tienen miedo de no ser creidas, miedo porque no han ganado ningún dinero, miedo de ser asesinadas por haber traído la deshonra sobre sus familias.
Las vírgenes escasean, así que las niñas pequeñas se venden, se cosen justo después y se venden otra vez. Cuando la niña grita de dolor y sangra cree el cliente que es porque es virgen, así esta el satisfecho.
Se les obliga al coito. Luchan para evitar que les peguen o las acuchillen. Una niña cuenta como un hombre se sentó sobre su cuello y no podía ni siquiera respirar.
El tráfico de niños existe tanto en las ciudades como en el campo. En burdeles y pisos o barracas hechas de cañas donde las niñas tienen 30 o 40 clientes al día. Cada uno tiene diez minutos. Pocos usan condón.
Una cosa es saber algo, otra es conocer que pasan cosas horribles en el mundo y otra diferente es ver las caras de los que las sufren. Los niños camboyanos con cuerpos diminutos y enormes ojos oscuros. Las miradas de los niñas que son torturadas y no tienen a nadie a quien acudir. Ni calor ni abrazos consoladores, solo clientes. Una doceañera que parece más joven de eso, una de siete años, una de cinco. Pequeñas manos de niñas, estomagos redondos y ni el menor indicio de pechos.
Tiene que realizar el yum-yum por 10 dólares. Satisfacer a un hombre adulto de manera oral con su pequeña boca de niña. Es empujada hacia la multitud de hombres y uno intenta inducirla a inclinar la cabeza hacia su entrepierna.
Es repugnante pensar que los turistas sexuales se aprovechan de la gente pobre de esta manera, pero no sé qué pensar de los naturales del país que hacen esto contra su propia gente. La niña que podría ser su propia hija o nieta. Las mujeres no se quedan sin su parte de culpa. A menudo son ellas las que engañan a otras chicas para que entren en el negocio, las que convencen a sus sobrinas para trabajar para ella.
¿Qué hace que desaparezca en el ser humano esa barrera?

La barrera que evita que conscientemente hagamos daño a alguien. ¿Que obtiene un ser humano de disfrutar del dolor de otro? ¿Cuando deja uno de ver a otro ser humano como tal y pasa a verlo como un objeto para experimentos personales?

Hemos leído en muchas ocasiones sobre niños que han muerto de hambre aquí en el mundo occidental. No porque no hubiera dinero y comida sino porque los padres no les han permitido comer. Un niño desnutrido que solo recibe leche de su madre, un niño en edad escolar que va hambriento a la escuela y no recibe comida al llegar a casa. Niños que son encerrados en armarios, lavabos, sótanos. Niños que son mantenidos en secreto porque estan discapacitados o tienen trastornos en el desarrollo.

Niños que son apaleados, quemados con chapas calientes o en agua caliente como castigo o para hacerlos "fuertes". Aquí en Suecia, en el país de Astrid Lindgren. Pippi vive encerrada en el trastero, Tommy y Annika son violados por su padre, un profesor abusa de Emil, a Madicken se le obliga a comerse sus excrementos, a Ronja no le dan comida y se hace cortes en los brazos mientras Birk se encarga de la casa para sus padres alcóholicos.

¿Esta el ser humano en el fondo solo, abandonado consigo mismo?

0 comentarios